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El actual proceso de investigación ha puesto de manifiesto la existencia de una secuencia estratigráfica de cerca de 20 m de potencia que es el resultado de diferentes procesos y ambientes sedimentarios, pero en la cual viene dado un factor estructural y jerarquizante por la construcción de formaciones traverníticas producto de la deposición del carbonato cálcico contenido en el agua. Las dataciones efectuadas por medio del método del uranio-torio sitúan este registro estratigráfico entre 40.000 y 79.000 años antes del presente. Dentro de esta secuencia, hasta el momento se han constatado 27 niveles arqueológicos, catorce de los cuales han sido excavados a lo largo de las diferentes fases de excavación. Estos niveles de ocupación antrópica pertenecen cronoculturalmente al paleolítico medio – Homo neanderthalensis -, excepto el primer nivel que presenta un registro del paleolítico superior – Homo sapiens -.
Los trabajos de investigación que actualmente se están llevando a cabo han permitido poner de manifiesto la complejidad de los comportamientos culturales y económicos de los grupos neandertales que ocuparon este abrigo: eran grupos de cazadores-recolectores que establecían sus campamentos, unas veces como una ocupación de duración muy corta (vivaques y paradas de caza), y otras como campamento base desde el cual se organizarían las bandas de explotación del entorno. Los restos de fauna recuperados y que proceden de la actividad cinegética de estos grupos permiten constatar una mayor presencia de los herbívoros sobre los carnívoros. Las especies más representadas son el caballo y el ciervo, seguidas de los grandes bóvidos, la cabra, el jabalí y el rinoceronte. En cuanto a las partes anatómicas identificadas, su estudio ha permitido documentar diferentes patrones de aportación al hábitat para cada una de estas especies, así como también diversos modelos de descuartizamiento de los huesos con el fin de explotar al máximo su potencial alimentario.
La excavación de los diversos niveles también ha permitido captar la existencia de una importante tecnología del fuego y su papel dentro de las estrategias ocupacionales. Así, en los diversos niveles se han excavado ya cerca de doscientos hogares de diferente estructura y funcionalidad, que se integran dentro de unos patrones de organización del espacio desarrollados por estos grupos neandertales. Las tareas domésticas se organizaban en torno a estos hogares y a su alrededor se ha recuperado un importante conjunto de herramientas creadas y utilizadas por estos grupos: instrumentos de piedra elaborados con sílex, cuarzo y calcárea, cuya secuencia de elaboración o cadena operativa de producción ha podido ser documentada, en algunos niveles, desde el inicio de la explotación del nódulo hasta la configuración final de los utensilios. Otros niveles muestran, en cambio, una clara fragmentación de estos procesos operativos de producción, lo cual está estrechamente relacionado con el carácter o estrategia ocupacional del abrigo.
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